Incentivar el hábito de la lectura en los pequeños de la casa puede parecer una tarea difícil, ya que en los tiempos modernos cuando se trata de diversión infantil son los juegos de video, las computadoras y las nuevas tecnologías, lo primero que se piensa, y la lectura queda en último plano. Sin embargo, este hábito se logra con el constante acercamiento a la lectura que tú les puedes proveer a tus hijos. Una de las características principales de la infancia es que se posee un nivel de imaginación altísimo, esto hace que los niños les encante ir a mundos irreales, estar en situaciones casi imposibles, y convivir con personajes ficticios. Todo esto lo pueden encontrar en las páginas de un buen libro. Para que introducir a tus hijos a este mundo, ellos necesitan que tú como ejemplo a seguir seas parte de estas aventuras con ellos. A continuación te presentaremos diferentes situaciones en las que puedes compartir una buena lectura con los pequeños, y así llevarlos a mundos irreales.
1. El momento del día que todos pensamos que es el más lógico para compartir un libro con los pequeños es la hora de dormir. Se piensa que es una de las mejores maneras de que los niños tengan sueños agradables y descansen tranquilos. Esta hora del día, en que las energías de los niños ya se agotaron, es el momento ideal para aventurarse con ellos en las páginas de un libro. Si este hábito se repite constantemente, entonces se puede lograr la asociación en la mente de los niños de que leer es una forma de relajación y brinda satisfacción intelectual.
2. Para transmitir el sentido de aventura a través de la lectura, podemos utilizar un momento de la tarde para leer con los pequeños. Después de regresar del colegio y antes de ir a jugar, podemos tomar un buen libro e incrementar el nivel de imaginación de los niños. Esto le puede ayudar a que su forma de diversión vaya más allá de la pantalla de la televisión o los video juegos, ya que después de escuchar un querrán vivir ellos mismo esta historia, conviviendo con otros niños de su edad.
3. Los fines de semana también presentan una gran oportunidad de convivencia con los niños y un libro. Normalmente, cuando no vas a trabajar, la mejor actividad es estar en familia. Se pueden crear círculos de lectura los días que estás en casa. De esta manera se crea un vínculo más estrecho con tus hijos, y de una manera en que incrementas su intelecto.
4. Una de las situaciones en que las actividades para entretenerse pueden verse reducidas es cuando tus hijos se enferman. En esos momentos cuando los pequeños no pueden salir de la cama porque están demasiado enfermos, es el momento ideal para leer con ellos. Esto les permite olvidar los malestares, y vivir un momento de diversión sin necesidad de exponerse a empeorar su enfermedad.
5. Como último punto, encontramos un momento perfecto cuando vamos de viaje. Cuando hay necesidad de pasar largos horas dentro del carro o en avión, los niños no tienen otra manera de distraerse, es en este momento en que puedes pasar un rato entretenido a través de una buena historia, reduciendo así el aburrimiento.
Los momentos que compartes con tus hijos pueden ser mucho mejor aprovechados si en ellos los incentivamos al hábito de la lectura. Uno de los beneficios de leer con ellos, es que luego la lectura la asociarán con diversión y no obligación.